Me encantó la boda porque la hicieron muy suya, como son ellos: frescos, alegres, diferentes, luminosos.
Con la bici en la que llegaron...
Se casaban en la Seu del Districte de Les Corts, al ladito de casa de mis padres, así que pudimos ir a pie,
sin prisa y sin problema. Dejamos a laBebé dormida, sabiendo que podríamos ir a por ella en cuanto quisiéramos.
Los novios llegaron en bicicleta, pero no era un paripé de los últimos doscientos metros, sino una realidad. Él pedaleaba y ella iba sentada detrás. Fue precioso y divertidísimo verlos entrar. La novia se dejó el ramo, ¿os había dicho que también son muy despistados? Pero esto se arregla con un taxi y un viaje rápido de ida y vuelta.
ElPapá sostiene el ramo en el taxi.
LaBebé despertó y la llevamos al convite. Ellos habían querido celebrarlo en el precioso patio de un Casal del Barri. Allí bebimos y comimos algo. La niña se puso fina a comer aceitunas y a mojar sus manos en la fuente que hay en el centro del patio.
Como estábamos tan cerca de casa, a las ocho llamé a mi madre para entregarle a laBebé y poder beber y dejar de llevarla en brazos sin sufrir. Un rato antes, ella había metido su zarpa en mi copa de vino blanco y se había chupado los dedos para mi horror.
Sí la dejé salir en la foto de grupo, junto a la novia. Supongo que planeando robarle el sombrero...
Después cenamos un bocadillo estupendo en el Viena, charlamos y reímos. La cara del resto de comensales del restaurante-bocadillería era impagable. Para acabar la boda teníamos reservado bailoteo en una discoteca cercana.
Lo pasamos genial, ¡gracias!
¡¡¡Ah!!! Mamá consejo: yo escogí un vestido sin escote, por la rodilla y sin florituras. Pensad que ya no vamos solas a las bodas... Siempre habrá un bebé precioso dispuesto a tirar hacia arriba, abajo o de lado de tu vestido.
Gracias por una boda tan bonita, especial y divertida. ¡Unos novios guapísimos!
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